viernes, 20 de marzo de 2015

CONCEPTO DE BELLEZA GRIEGA

La belleza para los griegos era de suma importancia en aquellos tiempos, los griegos estaban obsesionados con el físico humano, que es una maravilla de la simetría perfecta. La belleza para los griegos estaba en la perfección, la proporción y la armonía.
Esta armonía lograron cuantificarla en la llamada proporción brillante o número de oro, que está inspirada por el pitagorismo y afirma que todo el mundo real se puede resumir a proporciones matemáticas, también mantenía la idea que el hombre era la medida ideal de todas las cosas y por ello todo el arte griego se hace a medida del hombre y para el hombre.

Es por eso que la arquitectura y todas las bellezas que ellos podían realizar estaban a medidas de  los hombres porque consideraban que esa era una medida perfecta para lograr resaltar la belleza griega. Estas ideas se plasman en la arquitectura y la escultura con la aplicación de los conceptos del orden arquitectónico y canon de belleza, en ambos casos la armonía, la belleza se imagina como una proporción armónica entre las partes de un cuerpo.
Para nosotros algo bello, un objeto, una persona, o algo estéreo como una canción, tiene que ver con las formas, los colores, la melodía de dicho objeto, persona o canción. Nuestra percepción de belleza tiene mas que ver con los que tenían los sofistas cuando aseguraban que algo bello es algo que da placer a la vista y al tacto a los sentidos pero para los griegos lo anterior no era mas que algunos elementos de la belleza, ellos consideraban que lo bello tendría que ver con elementos sociales, mentales relacionados con la virtud, la bondad y la verdad.
En Grecia todo el arte estaba inspirado en la idea de la búsqueda de la perfección a partir sobre todo de la escultura. Cuando un cuerpo está perfectamente proporcionado a una figura entera esta es una belleza ideal tanto en hombres como en mujeres. Las esculturas de las mujeres, aunque proporcionadas, representan a mujeres mas robustas y sin sensualidad, los ojos grandes, la nariz afilada, boca y orejas ni grandes ni pequeñas, daban un perfil triangular, el cabello ondulado detrás de la cabeza y los senos pequeños y torneados. En cambio en el ideal masculino se basa exclusivamente y directamente en los atletas y gimnastas, puesto que a los atletas los dioses les atribuían cualidades comunes como el equilibrio la voluntad, belleza y control. El apolo de Belvedere sirve como ejemplo de la belleza ideal griega.

La belleza dependía de la intervención de Dios, de modo que si algo se consideraba bello, es porque había sido una concepción divina y estas concepciones eran se adornaba en la escultura que reflejaban la bondad en un ser.

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